Adolescer a lo paranoid.

Todo el mundo me dice que aproveche la adolescencia porque es la mejor edad de todas.
Vengo a descargar acá la angustia que me produce odiar ser adolescente.
Creo que nada describe tan bien mi situación mental, emocional y de vida como la canción Paranoid de Black Sabbath. Quien lee la letra de ese tema, piensa que la persona que lo canta es alguien adulto, con muchas experiencias vividas, y que está harto de todo. Hola de vuelta, me siento identificada y con tan solo 17 años.
Nunca les pasó que no pueden contagiarse de la euforia o de la alegría que tienen todos a su alrededor? No les pasa que a veces se sienten solos entre miles de personas? Es horrible, porque uno se empieza a preguntar ¿Que es lo que está mal en mi? ¿Por qué carajo no puedo ser un adolescente que vive del carpe diem como todos los demás? ¿Por qué no puedo disfrutar del momento y cagarme en el resto de todo? A pesar de todas esas preguntas que torturan la mente y destruyen las horas de sueño, uno piensa que tiene que esperar "algo" que le permita cambiar, algo que llegue a su vida y lo haga ser... ¿libre? Algunos se refugian o creen que ese algo, es fin de año, por ejemplo.  Piensan que el año siguiente va a ser mucho mejor, o que el límite de la tortura mental se mide por años, pero no se dan cuenta de que todos los años pertenecen a una misma vida, y que si VOS no te propones cambiar o buscar ese "algo" que te impulse a salir de tu represión mental, no va a pasar nada. Los años son solamente las mediciones de la vida, pero no marcan el cambio de rutina, eso lo hace uno mismo.
Otros, (como yo) piensan que es la edad. Espero que todas estas estupideces y pensamientos flasheros o básicos que escribo, sean producto de no estar bien definida como persona o de vivir confundida por todo a causa de la edad. Ser adolescente no es fácil, dejando de lado lo que digan todos. Para mi es una edad de constante cambio mental, de resignación, de muy poca voluntad para hacer cualquier cosa. Cada adolescente es como una especie de héroe, porque es una supervivencia continua dentro de uno mismo, o al menos así lo veo yo. Me ha pasado muchas veces eso de perderme en mí misma o de olvidarme quien soy, por eso siempre es bueno tener amigos y familiares que te quieran para recordartelo.
Autoestima? Muy alta, pero no fue siempre así. Siempre es complicado mantener el autoestima alta siendo adolescente. La mayoría de las cosas, recién las estás aprendiendo y generalmente cuando aprendes algo, cometes muchos errores. Cometer errores a esta edad, es la principal fuente de frustración, y como consecuencia, hay una cantidad muy grande de adolescentes con depresión o sintiéndose totalmente inútiles. Yo me siento bastante inútil, porque soy una persona torpe y que no se interesa por las cosas más básicas de la vida, como cocinar, doblar la ropa o barrer el piso. A pesar de todo, aprendí a levantarme el autoestima, y lo aprendí de una manera bastante cruel, porque aprendí a ser cruel conmigo misma por mi mismísimo amor propio. Me quiero demasiado, y no en el sentido egocéntrico o narcisista, simplemente me di cuenta de que yo era lo único que iba a tener que soportar toda mi vida, y no podía tolerar el hecho de no soportarme (muchas veces no lo hice), así que de alguna manera, me subí el autoestima a los golpes. Siempre hay personas que te tiran abajo toda la visión genial que tenés sobre tu persona, ya sea física o mental. No lo permitan. Aprendan a aceptar críticas de parientes o amigos que los quieren, sobre aspectos de los que no están bastante seguros, no dejen que cualquier pelotudo les diga lo que opinan de ustedes, o si lo hacen, no les den importancia. La mayoría de las personas hablan sin saber y opinam sobre lo que realmente no les importa. Háganse valer e impongan su pensamiento o su perspectiva sobre su persona, sobre el de los demás, y sean lo suficientemente maduros para ser honestos con ustedes mismos, si lo que dicen los demás es una verdad sobre algún defecto suyo, sean realistas y no tan necios, ASÚMANLO e intenten cambiarlo. Siempre que puedan, intenten cambiar sus defectos, y más cuando implican a terceros. Mucha gente se siente orgullosa de sus defectos, pero en mi opinión, eso no es bueno. Si la vida tiene algún sentido, lo más cercano, es ir perfeccionándonos como personas. ¿Para qué? Y, calculo que para ser más queridos, porque aunque muchos lo nieguen, todos lo necesitan. La manera más sana de lograrlo, es siendo SIEMPRE uno mismo. De esa manera es como logré que lo que dijeran los demás, me importara un carajo, escuchando y valorando mis diversas formas de actuar frente a una situación a lo largo del tiempo, y siendo honesta conmigo misma, pude ver una evolución en mi manera de pensar.
El adolescente es un océano entero de pensamientos y una lucha constante con uno mismo. Sentimientos como la decepción, las epifanías y las sorpresas suelen ser muy frecuentes. La mayoría planea ser un punk que vive fuera del sistema toda su vida, hasta que cae en la cruda realidad de que para eso, hay que irse a vivir al fondo del mar, por ejemplo.
Para las personas que piensan todo mucho menos o que se dejan llevar por el actuar, sepan que tienen mi admiración, porque van a recordar estos años como los mejores de sus vidas. Mientras tanto, las personas que se sienten... ¿viejas? o fuera de lugar como yo (que somos unos cuantos, no es que me crea especial ni nada por el estilo), va a recordarlo más como una etapa de cambios y de aprendizaje continuo más que una etapa de pura joda... lamentablemente, o tal vez no.
Cuanto más rápido pasen estos años de incertidumbre mental, mejor para mí, porque es una tortura constante el no saber como actuar, qué decir, e inclusive todavía, tener miedo al "que dirán?" porque más allá de que la opinión de las personas que ni conozco no me interesan, sigo bastante pendiente del entorno con cosas que deberían ser solamente mías, y eso me molesta.
No sé cuanto va a terminar este mareo constante de pensamientos flasheros, ni tampoco hago cargo a la edad, solamente espero que termine pronto porque resulta bastante frustrante no poder disfrutar de las cosas como todo el mundo parece hacerlo.