Más productivo.
Cómodo.
No bebiendo demasiado.
Ejercicio regular en el gimnasio.
(3 días a la semana).
Llevándote mejor con tus empleados asociados actuales.
A gusto.
Comiendo bien (no más almuerzos de microonda y grasas saturadas).
Un paciente mejor conductor.
Un auto más seguro.
(bebé sonriendo en asiento trasero).
Durmiendo bien (sin sueños malos).
Sin paranoia.
Cuidadoso con los animales.
(nunca tirando arañas por el desagüe).
Estar en contacto con viejos amigos
(disfrutar de un trago ahora y entonces).
Verificar frecuentemente el crédito en un (moral)
banco (agujero en la pared).
Favores por favores.
Afectuoso pero no enamorado.
Pedido fijo de caridad.
Los domingos desviarse al supermercado.
(No matar polillas o echar agua hirviendo a las hormigas).
Lavar el auto (también los domingos).
No más miedo a la oscuridad o a las sombras del mediodía.
Nada tan ridículamente adolescente y desesperado.
Nada tan infantil.
A mejor paso
Más lento y mejor calculado.
Sin escapatoria.
Ahora trabajador autónomo.
Preocupado (pero poderoso).
Un fortalecido e informado miembro de la sociedad
(pragmatismo no idealismo).
No llorar en público.
Menos propicio a enfermarse.
Neumáticos que se agarren al suelo húmedo
(foto de bebé asegurado en asiento trasero).
Una buena memoria.
Todavía llora con una buena película.
Todavía besa con saliva.
No más vacío y frenético
como un gato
atado a un palo
que es llevado
a un invierno congelado de mierda
(la habilidad de reír en la debilidad).
Calma.
Más en forma, más sano y más productivo.
Un cerdo
en una caja
con antibióticos.
