Somos. Somos los que siguen, somos los que estamos.
Vivir creyendo en el futuro incierto, aferrarse a un pasado borroso, imperfecto e irreal; pero que reunió todo lo vivido, lo bueno, lo aburrido y lo feliz; con tristezas veraces y experiencias vividas.
Somos los que aprendimos a distinguir, aprendimos a aprender, aprendimos a escuchar:
Porque es un error confundir locura con lo que es pasión, rebeldía y libertad.
Porque es un error salir a correr, sin sentir feroces ganas de volar.
Porque es un error volar si no hay energía, alas o felicidad.
Porque es un error juzgar sin conocimiento o realidad.
Porque es un error mentir, cuando hay verdad o hay amistad.
Pintar colores no es en vano si hay goce y despierta el alma; provocar viento y marea, tormentas de arena y electricidad; leer, fumar, mirar y amar.
Si llorar libera, liberar mares y océanos de espíritu y voluntad. Si reír recompone, reconstruir el alma, el corazón roto y la autodeterminación; libertinaje de ser uno mismo con los defectos y virtudes de la mente, del cuerpo y de todo más allá. Seguir construyendo campos de flores silvestres, soles de colores, cielos anaranjados y noches estrelladas. Seguir construyendo el drama de la esencia en acantilados, cielos nublados y mares grises, con las ánimas navegando en ellos.
Somos los que estamos, los que seguimos a perdernos en la niebla, los que nos vamos.
Somos ese momento infinito y salvaje del ahora: correr, saltar, llorar, volar; todo suma.
Somos el grito afónico del ayer, somos los espectros del mañana, pero SOMOS; ya vivimos el ayer, ansiamos el mañana y eso nos mantiene siendo.
Y aunque a veces no se pueda vivir en su mayor extensión y plenitud; manifestarse fuertemente, imponerse positivamente en la vida, con convicción y energía de carácter, es lo que nos hace SER.